¿Cómo evitar que la maldad triunfe mi corazón y transforme mi mundo en un infierno? El bien y el mal en la vida cotidiana.
¿Cómo evitar que la maldad triunfe mi corazón y transforme mi mundo en un infierno? El bien y el mal en la vida cotidiana.
¿Cómo evitar que la maldad me corroa por dentro y me mate?
¿Cómo evitar que me envenene poco a poco y así enfermarme para siempre?
¿Cómo evitar que la maldad me encamine hacia mi abismo, sin retorno?
¿Cómo evitar que esta sociedad en la que vivo, se suicide a sí misma en un acto de odio de todos contra todos?..
La caja de la vida
¿La vida es sueño? Cierto, pero también y principalmente, es sufrimiento. La vida por defecto viene digamos, en una caja con una etiqueta que dice algo así como: “Válido por una muerte lenta y miserable.” Y si no hacemos nada para evitar esta condición, ese mismo será nuestro destino.
Si no hacemos nada, simplemente seguiremos nuestro camino colina abajo, lastimándonos en la bajada con los golpes, envenenandonos con los episodios traumáticos y terminaremos, luego de una caída libre y agónica, donde, al final del abismo, nos golpearemos en unas rocas para morir desangrados poco a poco y lentamente, ahogados en el pantano de la miseria más profunda.
Esa es la vida por defecto, y es lo que nos toca a todos, incluso a los que parecen privilegiados. La maldad y el sufrimiento humano son en la escala de la realidad, lo más real de todo y en cierto sentido también lo más verdadero o mejor dicho, lo que se nos presenta más evidente.
Y si la vida es sufrimiento y nuestro camino es tortuoso, entonces ¿porqué no abandonarnos a nuestra suerte? Bueno, no lo hacemos porque nos damos cuenta que también existe este otro camino que puede llamarse el del deseo, la decisión, de la fuerza, del sentido o la divinidad. Es decir, que si lo deseamos y así lo decidimos, podemos evitar la maldad en nosotros aceptando nuestro camino y llevando la mayor carga posible que podamos levantar mientras lo recorremos. Es en la responsabilidad donde se encuentra el sentido, y es que este, es el objetivo, el de encontrarle sentido trascendente a la existencia. La felicidad es para agradecerla, pero es momentánea y superflua. Yo al menos, prefiero el océano oscuro, profundo, poderoso y noble, del sentido.¹
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¹ Muchas de las ideas de estos primeros párrafos están en 12 rules for life, an antidote for caos. Jordan B. Peterson. 1998
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Lo primero es evitar la maldad en el corazón.
Al mal debemos enfrentarlo directamente y también muchas veces estar atento a los detalles. Estudiar mi propio corazón, estudiar mis oscuridades más profundas y mis luces más radiantes. Así en la oscuridad podré encontrar a las cucarachas que son más fáciles de identificar cuando se mueven, y en las luces encontraré a las maldiciones iluminando e irradiando males inexistentes. Este tema lo trataremos más adelante, pero ya puedo adelantar que se debe tener cuidado y mirar bien en detalle, porque el autoengaño es una de las herramientas principales que usamos para estancarnos en nuestro propio fango.
Para evitar que la maldad inunde el corazón, lo que tenemos a nuestro alcance es ese pequeño espacio que existe entre nuestro caos interno, con la realidad externa, que muchas veces también es un caos, y está por supuesto, fuera de nuestro control.
A ese pequeño espacio, le llamamos conciencia y es con esta pequeña luz en medio de gigantes despiadados, es que somos capaces de movernos en el mundo y transformarlo. Es decir, somos capaces de transformar nuestro mundo interno y el externo usando la conciencia y otros cuatro elementos, que son, la verdad, la voluntad, la humildad y el coraje.
La conciencia como ya describí, es la pequeña ventana al mundo, la que permite ver las cosas. Es, además, el lugar donde vivimos, pensamos, sentimos, soñamos. Este es el lugar donde conversamos con nosotros mismos y con los demás, es el lugar donde actuamos y es el único lugar donde podemos sufrir miserablemente o ser felices. Es en este pequeño cuarto donde vivimos, es en este pequeño espacio, donde somos, o al menos es aquí donde nos damos cuenta que estamos siento, y nos hacemos preguntas, y desarrollamos nuestras vidas. Probablemente somos mucho más allá de nuestras conciencias, pero no podemos saberlo, hasta que seamos capaces de verlo, de nuevo, a través de nuestra pequeña ventana.
La verdad, es indispensable para evitar nuestra propia maldad. Este es también, un acuerdo con el destino y como tal, es un acto de fé. Acto de fé sin marco en religiones particulares, sino que en nuestra pura necesidad de trascendencia. Es un acto de fe porque yo creo que la verdad, por difícil que sea, es la mejor opción siempre. De esta manera, logro que mi conciencia pueda ver algo mejor, en medio de la tormenta de arena que es mi propio mundo interno. Digo la verdad y la busco siempre porque así puedo guiar mi destino en bases sólidas, reales, puedo iluminar las sombras y encontrar algún sendero. Así, en un ejemplo gráfico, todos los elementos de mi camino hacia el sentido, como la huella, la apertura de esta, los árboles que la rodean, el aire y el sol, incluso, la alimentación que necesito para caminar, el aire, el agua, los pasos que doy y mi propio cuerpo, son de verdad.
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Si esto no es así, y nuestro camino es una mentira, se derrumbará tarde o temprano cuando estemos en él y no seremos capaces de verlo, ni menos anticiparlo. Luego, estaremos perdidos, frustrados, resentidos y probablemente echándole la culpa a algo o alguien que no la tiene, porque no somos capaces de ver nuestra propia vida tal cual es. Si queremos apuntar a algo que realmente valga la pena, debemos conocer qué es, y no podremos llegar a saberlo, sin tener un compromiso con la verdad.
Por otra parte, el creer que se puede doblegar a la realidad para imponer una idea mentirosa, pensar que podremos engañar al destino, Pensar que tenemos más fuerza que la vida misma. ¡Qué idea más estúpida! Si no respetamos las reglas de la realidad, no podremos ver con claridad lo que tenemos frente a nosotros y tardo o temprano cometeremos algún error que podría ser incluso fatal. Algunos, en un proceso aleatorio tenemos la suerte de segundas y terceras oportunidades y otros no la tienen. La naturaleza no es justa ni injusta, sino más bien, ella misma. Y la naturaleza es infinitamente superior, obviamente, a las mentiras que puedan salir de una boca.
La voluntad es para usar a la conciencia en la búsqueda de la verdad y aplicarla en el tiempo. Muchas veces ocurre que cuando usamos la conciencia y encontramos la verdad para decirnos y hacemos lo propio con las personas que nos rodean, parece que no obtenemos beneficios, y es más, se hace todo cuesta arriba. Incluso, puede que el destino nos dé un golpe y estemos peor que antes. Aparentemente este esfuerzo no ha servido de nada. Es aquí donde necesitamos la voluntad, para continuar. Y esta voluntad es necesaria en los grandes momentos como en los pequeños. Es necesaria para ocuparse de los detalles y hacer los trabajos menos importantes, los rutinarios sobre todo. Porque es ahí, en los detalles y las rutinas, donde están, para bien o para mal, los agentes transformadores de nuestro destino.
La humildad es para reconocer la tarea que tenemos al frente. Muchas veces no queremos comenzar a trabajar en nuestro nivel y queremos iniciar de más arriba. Nuestro ego nos dice que no tenemos la altura cierto tipo de tareas. Justamente son aquellas tareas las cuales son importantes, las que están al alcance de la mano, las que se pueden desarrollar paso a paso, las que son humildes. Cada una de ellas va construyendo poco a poco una mejor versión de mí mismo y un mejor futuro.
El coraje es para reconocer nuestros demonios más profundos y enfrentarlos. También lidiar con nuestras batallas cotidianas, miedos y fobias. Debemos ser vulnerables a nuestras propias sombras para encontrarlas y a medida que las reconocemos es que nos hacemos más fuertes. Muchas veces no queremos ver nuestras propias bestias internas porque no queremos lidiar con ellas. Esto en el mundo interno, pero en el mundo externo también. El tener coraje para enfrentar a alguien que me intimida o una situación que apremia me irá dando señales de algunas otras cosas que mejorar.
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El coraje al inicio, y el coraje de ir enfrentando mis temores de a poco, el coraje para ir en la búsqueda de nuestras bestias mayores y derrotarlas. El coraje también, para aceptar nuestros talentos, nuestros deseos y tener coraje para hacer una combinación coherente de ellos y de a lo que se puede llegar a ser en el futuro. Se trata de trazar una ruta de objetivos en los que ocupe mis talentos, decidiendo al menos en parte dónde y cuántos costos pagar por mis decisiones y así, proyectar resultados y metas acorde a lo que estoy dispuesto a poner en juego para lograrlo.
Y el coraje, por último, para no esconder nuestros fracasos bajo la alfombra y vivir en la nebulosa.
Nuestro mayor enemigo, el resentimiento.
Nos pasamos la vida intentando encontrar destellos de bondad cuando la maldad es tan evidente. Y es que es más fácil, por ejemplo, encontrarle defectos al otro, o a uno mismo, que virtudes. Y es más fácil encontrar también, a la maldad que a la bondad. Esto, porque para sobrevivir debemos prestarle más atención a la serpiente venenosa cercana, que a un bello atardecer por razones obvias. Pero ambas, maldad y bondad, están presentes en nuestro mundo.
El resentimiento es nuestro mayor enemigo a vencer, es el peor compañero de la potencia humana y por ende, de nosotros mismos. El deseo y disfrute por destruirnos y eliminar todo lo que podamos en un viaje hacia la muerte, es una de sus muchas caras. Hay múltiples razones para tener resentimiento, todas válidas además, ¿o quién podría menospreciar el sufrimiento humano? Pudimos ser víctimas de alguien cuando niños, de lo que fuere. Pudo ser un compañero de clase que era más violento y fuerte que nosotros, algunos de nuestros padres que pudo mal guiarnos o maltratarnos en algún sentido, físico incluso. O hubo un verano en el cual nuestros pares nos trataron mal e injustamente. O también, nos pudo ocurrir un accidente, algo hizo que nuestra vida cambiara, para mal. Todos tenemos a quién o a qué, echarle la culpa de cosas que sentimos y que sufrimos en el pasado. Que todavía nos duelen, que todavía cargamos en nuestras espaldas.
Tomando en cuenta cada caso particular, cada uno puede y debe revisar sus propios procesos, porque aún con dramas terribles, la gente es capaz de enfrentar sus demonios, y sale adelante. Y si otros pudieron, todos podemos.
Es más. Quedarnos resentidos por una experiencia pasada es también una decisión que tomamos. Somos libres para decidir si dejamos que el resentimiento nos elimine a nosotros y al mundo que nos rodea, o bien, nos enfrentamos a ese demonio y construimos un futuro con el valor infinito de nuestras cicatrices.
Para ello tendremos que usar todo lo que tengamos a nuestro alcance, nuestros talentos, nuestros esfuerzos. Y entonces, habrá que preguntarse ¿Cuáles son las herramientas principales de las que disponemos? ¿A qué camino nos pueden llevar? Y luego, muchas veces nos rebelaremos contra aquél posible destino porque es siempre un camino complicado y difícil. Luego decidiremos no usar nuestra fuerza, voluntad, humildad y coraje, y engañaremos a nuestra conciencia (aunque no llegaremos a hacerlo del todo) , con mentiras. Más tarde, nos enojaremos con nosotros mismos y con el mundo, la vida no se dará como queremos y no lo aceptaremos.
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En aquél momento estaremos en una encrucijada, porque si no aceptamos voluntariamente la carga del destino que nos corresponde, esa misma carga nos llevará al fondo del abismo. Ese mismo resentimiento nos pudrirá por dentro y de paso se llevará consigo todo lo que esté a su alcance (a nuestro alcance). Haremos de la destrucción y del odio una vida y lo justificaremos con causas que imaginamos nobles, para redimirnos. Aquellas causas nobles no serán tales, sino un necesario justificativo para nuestras adicciones, a nuestras propias patologías. Porque el mal se esconde en la oscuridad, cierto, pero ese es el mal pequeño, aquél que podemos iluminar. Hay otro mal, mucho más importante que se esconde en la luz, e irradia emancipación y redención, mientras nos indica que debemos luchar contra enemigos imaginarios. De pronto, se convierten en molinos de viento que atacaremos cual Quijote, y podremos, desatar toda nuestra ira y deseo de autodestrucción sin límites. En cierto sentido, este mal nos convierte en demonios destructores, más allá del bien y el mal y de nuestros semejantes. Este mal es el peor de todos. Y este mal nace también del resentimiento.
Nuestro mayor enemigo como expresión social
Tal como fue descrito en los párrafos anteriores, Yo, como individuo, puedo estar resentido con algún hecho del pasado o del presente que considero injusto, y con mayor razón, cuando tengo a la mano, un marco ideológico que me incentiva a pensar, sentir y actuar en esa dirección.
El resentimiento como forma de expresión social moderna es el comunismo o más bien dicho, el neomarxismo.
En nuestro mundo actual occidental, la izquierda se ha degenerado y corrompido desde ser un grupo que se preocupaba por los más desvalidos y más necesitados a ser un grupo que quiere destruirlo todo y hacer desaparecer la humanidad conducidos por un resentimiento satánico de proporciones cataclísmicas. Y digo esto porque entraremos en un terreno ideológico-religioso.
Cualquier persona desideologizada, podría describir perfectamente bien las manifestaciones de los movimientos de izquierda actuales, sobre todo en la calle callejeros, como comportamientos satánicos. Ritos callejeros donde se mezcla la destrucción, violencia, locura, rabia, gritos, sangre, drogas, histeria, imbecilidad, euforia y caos. Ritos en los cuales, definitivamente nada podría crecer, ni desarrollarse, excepto una especie de orco demonio-mutante, lleno de ira, dispuesto a destruirlo todo y asesinar a quién tenga enfrente.
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Y esto tiene una razón, digamos, histórica. Es desde hace poco tiempo que las actividades humanas se emancipan de la religión, o de la visión mágica del mundo. Es desde hace muy poco tiempo que la política se seculariza del “mundo civil”, es
desde un poco más de doscientos años, que se separa y desarrolla la economía como ciencia. Y aunque, en la antigüedad, se desarrollan discursos lógicos y prácticos, teorías y filosofías para explicar e interpretar el mundo, es sólo hace unos doscientos cincuenta años, donde esta era contemporánea comienza, donde ocurre que el hombre comienza a dividir su mundo social del mundo trascendental. ²
El inicio del neomarxismo
Es sabido, aunque discutido por algunos, que los precursores de las ideas del postmarxismo actual son los intelectuales de la escuela de Frankfurt. Ideas que nacen desde las derrotas. Fracasos, de las revoluciones comunistas en occidente y también del gigantesco error de seguir concibiendo la lucha revolucionaria como luchas de clases. Había que encontrar otros sujetos para la revolución, y desarrollar una lucha en la superestructura, es decir en mundo de la religión, o bien, la cultura, la moral y las ideas. ₃
Para poner en contexto, algunas frases de un veinteañero Marx ,
“Pero si construir el futuro y asentar todo definitivamente no es nuestro asunto, es más claro aún lo que, al presente, debemos llevar a cabo: me refiero a la crítica despiadada de todo lo existente, despiadada tanto en el sentido de no temer los resultados a los que conduzca como en el de no temerle al conflicto con aquellos que detentan el poder.” Carta De Karl Marx para Arnold Ruge, en 1843 .
“La miseria religiosa es, al mismo tiempo, la expresión de la miseria real y la protesta contra ella. La religión es el sollozo de la criatura oprimida, es el significado real del mundo sin corazón, así como es el espíritu de una época privada de espíritu. Es el opio del pueblo.” Contribución a la filosofía del derecho de Hegel, 1844.
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2 La batalla cultural. Reflexiones críticas para una nueva derecha. Cap 2. Agustín Laje 2022
3 El inicio de la nueva izquierda y de la escuela de Frankfurt, Rodrigo Iturrialde, 2021
4 Recuperado de web https://www.marxists.org/espanol/m-e/cartas/m09-43.htm
5 Recuoerado de web https://www.marxists.org/espanol/m-e/1844/intro-hegel.htm
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Es decir, criticar despiadadamente a la sociedad en su conjunto desde la base de su fundación cultural, moral e ideológica que es la religión judeo-cristiana ¿Para qué? Para simplemente destruir a Dios. La idea de la destrucción del capitalismo viene luego, en tanto este es el soporte de la superestructura. Marx piensa en esa época que la manera de destruir es desde la estructura (el materialismo), hacia la superestructura y no al revés.
Cómo se reemplaza la religión o el sentido de lo trascendente en las almas jóvenes
Se inicia diciéndole que básicamente que puede criticar y destruir absolutamente todo lo que existe. Porque todo estaría contaminado con algo, o tendría algunos errores de base, o sería ilegítimo, o sería una expresión del fascismo, o del patriarcado, o estaría corrupto de alguna manera. Parecido a lo que promueve la teoría crítica, que es la crítica de todo lo que existe incluso más allá de la crítica marxista clásica. Ejercida a través de una especie de dialéctica negativa o una incorporación del entendimiento del objeto a través de su búsqueda de lo que se deja fuera. O para decirlo en castellano, se quema, se destruye, se miente, se roba, incluso se asesina, respaldados en una especie de moral religiosa trascendental.
Cualquier cosa en este mundo que sea creada por los hombres no es perfecta, no existe la perfección en lo humano, sea esto de instituciones, culturas, pensamientos, religiones o lo que sea. Todo se puede criticar a partir de la negación de lo positivo y luego, cuando solo lo que nos queda es lo negativo, entonces podemos destruirlo. Entonces, cuando el joven destruye el objeto, a través de la crítica primero y luego aplicando, la violencia o la mentira, la funa, el cuchillo o la molotov, entonces, es redimido al instante. Porque acaba de destruir lo malo, lo criticable. Luego, este joven puede juzgarlo todo (sin realmente entender nada, ni tener una mínima experiencia de vida para darse cuenta que ha sido utilizado), y puede hacerlo desde sus propias emociones y autopercepciones.
Incluso cuando afloren sus resentimientos e instintos más perversos, estará bien, porque son parte de sus emociones que juzgan al resto del mundo. Y por supuesto que no serán reprimidos por esta nueva religión, sino más bien, justificados porque son orientados a destruir un mal mayor siempre difuso pero presente en todo lugar. Ahora bien, este joven, al poder juzgar y destruir todo lo humano, se convierte en alguien que está más allá del bien y el mal. Alguien que no sabe lo que hace, pero que está lleno de ira, resentimiento y que está por sobre todos nosotros.
No es un dios sino que un demonio. Un demonio que puede desatar todas sus pasiones más oscuras y será apoyado y redimido por la misma destrucción que
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6 Olavo de Carvalho, Dialéctica negativa: Youtube https://www.youtube.com/watch?v=oYMSZebWpOo https://www.youtube.com/watch?v=PxeL4Fddg5A&t=174s
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genera. Porque para eso existe. Este joven, que sabe muy poco de cómo funciona
el mundo, ya está por encima de todo, y puede destruir cualquier cosa que le plazca porque ese es su objetivo en el mundo, no necesita construir nada, trabajar en algo, ser responsable, no, porque eso es parte de la vida humana, y él está por sobre lo mundano y ordinario. O al menos así se siente.
El camino que toma este joven, es un camino lleno de enemigos a quienes eliminar. Siempre se van encontrando nuevos impuros para, criticar, destruir y luchar. Sobre todo, si dividimos a la sociedad en pequeños grupos. Lo que nos queda luego de profesar la religión satánica comunista, es solo destrucción, pobreza, hambre, enfermedades, muerte, odio y caos. El infierno hecho realidad. Un infierno donde hay unos pocos que serán levantados como los dioses terrenales, muy sabios, benevolentes y un sinfín de características (la mayoría de ellas puras mentiras) , que dominarán al resto. O sea, habrán unos pocos que reinarán en el infierno de muchos.
La fé de la religión comunista puede justificar cualquier cosa, lo prueban 150 millones de asesinatos en el siglo XX. Lo voy a escribir de nuevo en números para que se tenga presente. Recuerde que cada uno de ellos son vidas humanas; niñas y niños, mujeres, hombres, ancianos, bebés, etc. 150.000.000 Nos haría falta no solo una montaña, sino una cordillera completa, para mirar los cadáveres de la izquierda.
Por qué la conciencia es divina.
La conciencia es donde por un lado nos damos cuenta de que existimos, de cómo estamos posicionados en el mundo, es un marco para nuestra propia identidad, donde sabemos a grosso modo cuáles son nuestros defectos y virtudes; y por otro lado es el lugar donde a partir de los elementos anteriores, tomamos decisiones, que luego afectarán nuestro presente y futuro, donde está en nuestras manos, el retrasar el placer en cualquiera de sus formas para apostar a un futuro mejor.
Es también donde decidimos que la realidad puede ser transformada hacia el bien (y la verdad es lo único que nos queda) , desde la trascendencia propia, la fe y esperanza en un futuro mejor. Es en nuestra conciencia donde somos dioses, es un espacio diminuto pero que puede transformar el mundo, aquí decidimos actuar y podremos transformar la realidad a nuestra imágen y semejanza. Es en la conciencia donde podremos trascender las generaciones, decidiendonos por una misión noble que mejorará nuestra vida, la de nuestros seres queridos, nuestra comunidad y el futuro de una parte de la humanidad. Es en este lugar, donde tenemos el poder y ¡vaya que somos poderosos como seres humanos! Vaya que somos brillantes cuando nos lo proponemos.
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Lo que puede hacer un hombre decidido y con trabajo diario es al menos, sorprendente. Como mi tiempo en este mundo y mis acciones y mi trabajo puede afectar a los que me rodean a escala mundial es impredecible. Así, no solo debemos llevar nuestra propia responsabilidad a cuestas, sino que también, debemos estar dispuestos a llevar un poco de la responsabilidad del mundo y de lo que ocurre con nuestros semejantes sobre nuestras espaldas. De eso se trata la fortaleza de los hombres. Por lo anterior es que se dice que la divinidad está dentro de nosotros.
Somos los únicos capaces de darnos cuenta de nuestro propio poder y transformar la realidad. Todo es nuestra conciencia. Y nuestra conciencia somos nosotros mismos. La luz de la vida, donde sientes, piensas y vives es, en este mismo sitio.
Cómo se evita el mal.
Respuesta simple: evitar el resentimiento. Y, ¿cómo se evita el resentimiento? Bueno, se hace enfrentando nuestros defectos más obvios y más profundos, puliendo nuestras virtudes y sobre todo aceptando la mayor carga de responsabilidad que podamos llevar mientras intentamos ser la mejor persona que podamos ser, para nosotros mismos y nuestros semejantes.
Ese es el trabajo y lo que nos cuesta toda la vida. Es la forma que tenemos de encontrarle sentido a nuestra existencia, de hacer que todo sufrimiento valga la pena porque tenemos una dirección clara y noble. Y aunque la respuesta a cómo se evita el mal, es clara y concisa, no es nada fácil de ser aplicada.
Esa historia antigua de Caín y Abel.
En esas cortas líneas, hay un hermano que se esfuerza, tiene talento, hace las cosas bien y es favorecido por el destino y otro que quizás no se esfuerza tanto, que tiene menos talentos quizás, que a veces además se vincula con sus propios demonios y pecados, y que querría hacer el bien, pero que no es tan favorecido como el otro y como resultado, se resiente.
En la historia bíblica, uno de ellos termina asesinando al otro. Y se condena a sí mismo por lo que le queda de vida y a su descendencia futura. Caín, también, se asesina a sí mismo, o bien, asesina a la mejor versión de sí mismo, la versión que es capaz de aceptar la tragedia de la vida y de llevar toda la carga de responsabilidad que puede. La versión que hace lo mejor que puede por bienaventurarse, cuando en un acto de fé, apuesta por el futuro, por un mejor futuro.
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Acto de fé que en realidad es la única opción posible. ¿O queremos vivir en nuestro propio infierno y morir ahorcados en nuestro propio odio y resentimiento? ¿No es preferible darle un sentido a nuestra vida y que este sea, según nuestras prioridades, la mejor versión de nosotros mismos, nuestro mejor esfuerzo? Y así, ¿tener la mejor vida posible? Y hacer, de buena fé, ¿lo que realmente soñamos? Es en esta decisión donde podemos evitar el mal en nuestros corazones. Una decisión trascendente para nuestra vida, y el futuro de la humanidad en su conjunto.
Consideraciones finales
Desde lo personal a lo general, debemos evitar que la maldad triunfe en nuestros corazones. El individuo, su desarrollo y su trascendencia son fundamentales para el futuro de todos nosotros. Nuestra civilización ocidental está complicada y en decadencia, muchos nos damos cuenta de ello, y aunque es posible que ciertos procesos sean inevitables, debemos tener en cuenta que esta decadencia también depende de nosotros.
En nuestros corazones existe la fortaleza para enfrentar el mal, nuestro propio infierno, nuestro propio camino hacia él. En nuestros corazones está la verdad y un futuro próspero para cada uno, que puede llevar a nuestro mundo a un mejor vivir. En el futuro próximo, como se están dando las cosas, se necesitan hombres de bien, no hombres que sean ingenuos, imberbes o inocentes. Sino más bien hombres que saben que pueden ser terribles, pero que son fuertes para enfrentar sus propios demonios y que son capaces de llevar cargas pesadas de responsabilidad mientras persisten en la humildad de sus corazones.
Debemos encontrar una tarea noble y personal, que haga que nuestra vida valga la pena en su sufrimiento, por ello, debemos encontrar nuestra tarea trascendente e iniciarla y continuarla con la fortaleza heróica que viene de las heridas de nuestras propias batallas.
Debemos estar preparados y atentos. Te deseo fé y buenaventura.
Atentamente,
Diego Letelier
Curacautín – Praia Grande 2022
Bibliografía:
- 12 Rules for life. Jordan B. Peterson
- La Batalla Cultural. Agustín Laje
- El inicio de la nueva izquierda y de la escuela de Frankfurt, Rodrigo Iturrialde.
- Olavo de Carvalho, Dialéctica negativa: Youtube https://www.youtube.com/watch?v=oYMSZebWpOo https://www.youtube.com/watch?v=PxeL4Fddg5A&t=174s
- Marxist.org https://www.marxists.org/espanol/m-e/1844/intro-hegel.htm
- Marxist.org https://www.marxists.org/espanol/m-e/cartas/m09-43.htm
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